El fin de mis botas de montaña...
Hola gente!!
Como va todo? Bueno, saco cinco escasos minutos para contar mi unica anecdota en lo que llevo del año, porque claro, delante del libro una media de 8 a 10 horas diarias, dificilmente pueden pasarte anécdotas más állá de quedarte dormida encima del libro, caerte de la silla o distraerte mirando al vecino que pasea al perro en el parquecillo de enfrente... En fin, dia si dia no depresión profunda, entre las oposiciones y la dieta, siento que mi vida cada día me hunde más en la desesperación profunda. Y claro, el domingo, con la única finalidad de olvidarme del mundo y recuperar mi yo más profundo, me fui al campo, de marcha, como allende... Una semana de preparativos, porque desde mis tiempos foqueños, ni una marcha ni acampada ni ná, claro... Así que, tras encontrar mis botas de los boy scauts que mi madre me compró hace 19 años, aún me acuerdo, que el capullo del dependiente le dijo a mi madre.... "sisi, comprele a su hija una talla grande, que luego le crece el pie, y así le valen para toda la vida" Y una puta mierda, creo que esta semana iré a ponerle una reclamación al tendero, porque no solo he tenido unas botas grandes toda mi vida (un 38, teniendo en cuenta que me quedé en el 35 hace unos cuantos años...) sino que encima de soportar los cuatro pares de calcetines cada vez que me las ponía... lo de "para toda la vida..." resulta que era un mito!! Vamos hombre... Pues después de prerarme las susodichas botas, el termo con café recientito con olor añejo y un poco mezclado con fairy, la cantimplawer mítica de hace mil años, mi chándal, capa de agua, mochila nueva, forro polar... etc etc etc.... dan las 23h del sábado, hora en la que evidentemente es imposible recurrir a ningún tipo de nada, y me da por probarme las dichosas botazas. Pues cual sería mi sorpresa.... Oh Dios Mio!!!! Que me quedo pegada en el suelo.... Sí Sí, increíble pero cierto!! Pero lo mejor, la explicación... las suelas estaban como corrosivas, y deshaciéndose poco a poco, y yo observando las particulillas del caucho separarse de la totalidad de la suela e irse adheriendo poco a poco al parquet del salón.... Uffff :( Depresión total. Nada, que al día siguiente y a pesar del evento de la noche, yo intenté que las botas me durasen al menos media excursión o entera, así que me puse a andar... y las botas duraron nada más y nada menos que.... 100 metros!!!!! Dios mío, imaginaos la situación, todo el mundo flipando y, claro, partiéndose en mi cara porque mis botas eran una especie de extraterrestre descomponiéndose... En fin, que allí, en el Lozoya, un centenar de personas fueron testigos (y el lago también) del final de mis botas después de 19 años... Comop podréis imaginar, para mi fue triste y bochornoso... Así que ná, ese fue el triste final de mis botas que, al menos, murieron yu fueron desechadas en su ambiente.... la naturaleza en su estado puro. Así que nada, esto queda reflejado para la posteridad, y para vuestro cachondeo... Espero no haberos aburrido demasiado... Y tener pronto otra anécdota que contaros... El domingo me olvidé de la cámara de fotos, pero alguien les hizo una foto a mis botas con un móvil, en cuanto tenga esa foto en mi poder os la cuelgo para que veais el estado lamentable de las botas... Y no puedo colgar más porque no hice.... :( Aunque las vistas al pantano... preciosas, y toda la sierra de Madrid... Y bueno, ahora os dejo, que tengo que ir a comprarme unas botas nuevas... Y a seguir estudiando claro! Por cierto, que si alguien tiene una explicación científica de poqué se pueden desintegrar unas botas después de 19 años de existencia, agradecería su consideración sobre el hecho. Muchas gracias y muchos besos a todos.
La beli